Tu primer trabajo como diseñador puede ser intimidante. Estar rodeado de personas con años de experiencia hace que constantemente te preguntes: ¿Cómo puedo aportar yo? Así me sentía hace seis meses al principio de mi internship en 23 Design, una firma de diseño y estrategia que ahora es frog México. Por eso, quiero compartir aquí algunos consejos y aprendizajes que me hubiera gustado escuchar al empezar mi internship como UX/UI.

Comencé mi carrera como Interaction Designer en Colombia. Cuando terminé mi pregrado en Diseño de Interacción buscaba un lugar que me retara y ayudara a conocer la industria del UX en Latinoamérica al nivel que esperaría de Silicon Valley. Así fue como llegué a 23 Design.

Apliqué como UX/UI intern y charlé con Lulo López, el CEO; hablamos sobre el trabajo de 23 en México, su misión, su cultura y como yo podría encajar ahí. ¡Hicimos match inmediatamente! Sentí que hacían parte de mi camino y lo decidí: me mudaba a México para el internship de mi vida.

Es difícil resumir seis meses de aprendizajes, pero intentaré hacerlo contándote lo que me pareció más valioso:

Al principio quería participar en todo, pero antes que nada debía entender como funcionaba la firma. Durante la primera semana de onboarding estuve leyendo diferentes tipos de documentación sobre los proyectos, el equipo y la cultura de 23 Design que realmente me ayudaron a entender donde estaba parado.

A la par de lo anterior, me sirvió muchísimo algo que amo hacer: preguntar. Entablé juntas uno a uno y charlas casuales con el equipo que además me permitieron romper el hielo y conocer en muy poco tiempo sus historias y su trabajo.

Sin embargo, recomiendo tomarse esta etapa de descubrimiento con calma, ya que puede ser mucha información para absorber.

En ocasiones, yo mismo me limitaba para aprender y mostrar mis capacidades porque siendo el novato entre personas con tantos años de experiencia, no me sentía preparado para participar. Dentro de mí pensaba: ¿Qué tanto puedo aportar?

Afortunadamente, en 23 siempre encontré una zona segura para alzar la mano, así creyera que eran ideas o preguntas tontas. El equipo no solo se tomaba el tiempo para explicar lo que fuera necesario sino que valoraba por igual todos los aportes. Me siento muy agradecido de que me motivaron a expresarme, cuestionar y colaborar mejor.

Además del ambiente de pasión y exigencia por el diseño, 23 mantenía una cultura muy humana y divertida para querer ir a la oficina todos los días. Existían rituales o celebraciones que servían para conocernos e integrarnos mejor. Creo que es importante darse la oportunidad de participar en las todas las actividades que puedas, al fin de cuentas un internship te sirve también para conocer en qué tipo de cultura puedes encajar mejor.

Aunque mi posición era de UX/UI intern no solo aprendí sobre diseño, también ayude en otras áreas como negocios, estrategia, investigación y manejo de equipos. Colaboré en la creación de negocios, entrevistas a usuarios, análisis de información, el handoff de varios productos y presentaciones no solo para el equipo interno sino también para stakeholders y colaboradores de varias partes del mundo.

Entre otras cosas, conocí el panorama completo en el desarrollo de un proyecto y aprendí a comunicarme con muchas personas importantes dentro del mismo. Así que alza la mano y ofrece ayuda en áreas diferentes a la tuya, puedes encontrarte grandes sorpresas.

Un internship no solo consiste en lo que haces dentro de la compañía, sino también afuera; asistir a eventos y conectarse al ecosistema de diseño es una de las cosas más valiosas que puedes hacer.

En mi paso por México, conocí muchas personas y descubrí comunidades como Dribbble Mexico, Product School, IBM Developers, entre otras, que están haciendo grandes aportes al diseño latinoamericano. Participé en charlas muy interesantes sobre los retos del diseño en Latinoamérica y aprendí que en México las empresas ya ven en el diseño una ventaja competitiva, lo cual significa una gran oportunidad para crecer como diseñador o diseñadora.

En definitiva una de las mayores lecciones fue creer en mi trabajo. Es muy común sentirse abrumado al pensar que tus decisiones ya no se quedarán en un aula de clases y tendrán un impacto real en el mundo. Después de ser más propositivo, es momento de creer en tus ideas y justificarlas si consideras que es necesario. Los buenos equipos siempre van a estar abiertos a discusiones que generen los mejores resultados.

Siendo curioso, abierto, colaborador y propositivo aprendí cómo se mueve el diseño en el mundo, conocí personas increíbles, adquirí confianza como diseñador y me convertí en un frog gracias a un internship único en 23 Design. Ahora que nos convertimos en frog México espero seguir aprendiendo y creciendo como diseñador.

Especiales gracias a Lulo, Belén, Omar, Ivan, Carmen y a todo el equipo por su pasión y talento. ¡Son las personas más chingonas de todo México!

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